
Acabo de llegar a casa totalmente derrotado, tanto física como anímicamente. Nos organizamos mi hermana Elena y yo para este fin de semana con mi madre y yo quedé en hacer hoy domingo un día de picnic, siendo ella la protagonista del día. Todos los preparativos, la ilusión, el viaje...para terminar con los nervios a flor de piel, cabreado y a punto de colapsar. Mi madre sigue en las suyas. Parece que no nos quiere dejar llevar una vida normal. Cada día que pasa la cosa se complica. Ni psiquiatras, ni trabajadores sociales, ni actividades...ni nada. Acabas cogiéndole hasta odio a la persona que se supone es el pilar básico. Es duro, muy duro.