Las circunstancias personales que a lo largo de la vida van cambiando, nos deparan, en algunas ocasiones, agradables sorpresas que ni tan siquiera nos hubiéramos imaginado en etapas anteriores. A mí me pasa algo así con Biarritz y todos sus alrededores. Puedo disfrutar con total naturalidad de un lugar con el que muchos/as sueñan e identifican con el lujo, la sofisticación y el dinero. Nada más lejos de la realidad: todos/as tenemos cabida y cada uno/a a su manera puede disfrutar.
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