Tuve la oportunidad de viajar nuevamente a Francia. Esta vez en compañía de unos buenos amigos. Al pasear por una de las magníficas e interminables playas de Las Landas, decidimos comer allí mismo. Mantas sobre la arena, riquísimas empanadas de bacalao y bonito (asturianas, por supuesto), embutido que se acompañaba con dos deliciosas baguettes compradas en Capbreton y unas exquisitas ostras que fueron adquiridas en el propio puerto de la misma localidad. Tras esta opípara comida, tocaba dormitar. Al tumbarme (yo bocabajo) pude contemplar la pequeña maravilla que muestro en la foto. Estuve descubriendo pequeñas, mejor dicho, pequeñísimas caracolas, conchas, trocitos de algas secas y, por supuesto, finísimos granos de arena. A veces lo más simple es lo más bello.
Casi siempre, pero a veces nuestros ojos no están preparados para ver esas cosinas.. tan pequeñas.
ResponderEliminarHola Marce. Soy Juan, un amigo de Ana, el que trabaja en La Nueva España. ¿Puedes ponerte en contacto conmigo? Mi correo es: plazabox@gmail.com
ResponderEliminarGracias.