
Los vi trabajar, esforzarse, luchar toda la vida para poder tener y que tuvieramos al menos lo esencial. Me da muchísimo coraje que se hayan ido tan pronto. Tantísimos años de enfermedad nos fueron minando a todos.
Mi madre fue toda la vida una bellísima persona, quizá excesivamente servicial y a la que educaron para trabajar y callar. Pensó siempre en todos antes que en ella y me daba muchísima pena verla como se iba deteriorando día a día.
Nos seguía el juego de "esto está cada vez mejor", sabiendo ella que la cosa no pintaba bien.
Siento un gran vacío por su ausencia. Me siento raro y trato de racionalizar la situación pero no puedo.
Las emociones no se pueden racionalizar. Hay que cuidarlas, saber de dónde vienen, por qué vienen y colocarlas en ese lugar donde no duelan tanto (en este caso). Los duelos hay que pasarlos inevitablemente. Además no nos educan para las despedidas ni para las pérdidas; tenemos que hacerlo casi solos (algunas y algunos solos del todo) y con las pocas herramientas que disponemos en el mundo emocional.
ResponderEliminarHas tenido suerte de tener una madre como la que aquí nos muestras y por ello tu eres así. Mira lo que te ha dejado, lo suyo que llevas en ti y dale las gracias por ello.
Un abrazo cálido para tu herida.
Maite
Tienes los abrazos a tu alcance de mucha gente que te quiere.
ResponderEliminarEstas pérdidas son irraparables, pero habrá que vivir con ellas...
Es duro, durísimo.
Dirige tu vida sin lastre alguno hacia donde tú quieres, quieras, desees, y puedas.
Mucho ánimo amigo !!!!!
crv