Desde que comenzó el curso me propuse ir caminando todos los días al colegio. Me sirve como terapia, me encanta ir escuchando mi música preferida, me ayuda en mi salud y además disfruto de los momentos más espectaculares del día gijonés (no siempre). Poco a poco me van pareciendo más familiares las caras con las que me cruzo. A veces dudo en saludar o no. ¿Qué debería hacer?.
Voy caminando hacia el este y poco a poco voy viendo como la luz va inundando el cielo: naranjas, rosas, grises...A veces me sorprendo de la belleza de las formas, de la combinanción de colores, de los reflejos.
Merece la pena madrugar para sentirse tan especial.
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